El módulo de refrigeración líquida se convirtió en el centro de atención y atrajo la atención de muchos operadores de sistemas de carga.
Con la generalización de la carga de vehículos eléctricos 4C/6C, no cabe duda de que la supercarga de alta potencia dominará el futuro próximo. Sin embargo, los sistemas de carga tradicionales de alta potencia con módulos de refrigeración por aire presentan problemas persistentes de fallos y un nivel de ruido elevado. Si la estación de carga se avería con frecuencia, el operador puede perjudicar la experiencia del cliente y dañar gravemente su reputación. En cuanto al ruido, el Beijing Business Daily y el China Youth Daily informaron que la suma del ruido generado por la refrigeración por aire de los módulos y la disipación del ventilador del cargador supera los -70 dB, lo que incumple gravemente la normativa acústica GB22337:2008.
Para abordar estas preocupaciones, MIDA lanzó el LRG1K0100G, que prescinde del ventilador y utiliza una bomba de agua para la refrigeración. El módulo de refrigeración líquida es completamente silencioso y el cargador incorpora un ventilador de gran volumen y baja frecuencia para minimizar el nivel acústico del sistema de carga. El módulo LRG1K0100G cuenta con protección impermeable y anticorrosión totalmente sellada. Admite conexión en caliente tanto para la interfaz eléctrica como para la de refrigeración líquida. Además, es compatible con la mayoría de los vehículos eléctricos, ya que abarca un amplio rango de voltaje de salida (de 150 V CC a 1000 V CC) y de voltaje de entrada (de 260 V CA a 530 V CA). El LRG1K0100G de 30 kW/1000 V cuenta con las certificaciones TUV CE/UL y EMC de clase B. MIDA ampliará la serie con módulos de potencia de 40 kW/50 kW, totalmente compatibles con el LRG1K0100G en tamaño e interfaz. Por último, pero no menos importante, los módulos de líquido funcionan con total silencio. Se prevé que el LRG1K0100G se utilice ampliamente en entornos exigentes como minas con alto contenido de polvo, zonas con altas temperaturas o humedad, áreas costeras con niebla salina y zonas marítimas propensas a tifones. Además, su función a prueba de explosiones permite su aplicación en gasolineras y minas subterráneas. Las zonas sensibles al ruido, como viviendas y oficinas, también preferirán los módulos de líquido.
Característica del módulo de refrigeración líquida
Alta protección:
Los cargadores tradicionales para vehículos eléctricos refrigerados por aire suelen contar con protección IP54 y su tasa de fallos sigue siendo elevada en entornos como obras en construcción con mucho polvo, altas temperaturas, alta humedad y zonas con alta concentración de salinidad. Los sistemas de carga refrigerados por líquido pueden implementar fácilmente un diseño IP65 para cumplir con los diversos requisitos en estas condiciones adversas.
Bajo nivel de ruido:
El módulo de carga refrigerado por líquido está equipado con un sistema de funcionamiento silencioso y adopta diversos sistemas de gestión térmica, como el intercambio de calor del refrigerante, la refrigeración por agua y el aire acondicionado, que contribuyen a una óptima disipación del calor y al control del ruido.
Disipación de calor deseable:
Los componentes internos clave se encuentran a unos 10 °C menos que los del módulo refrigerado por aire. La eficiencia de conversión de energía a menor temperatura es mayor, y la vida útil de los componentes electrónicos se prolonga. Asimismo, una disipación de calor eficiente contribuye a aumentar la densidad de potencia del módulo y permite integrar más módulos en un sistema de carga.
Fácil de mantener:
El sistema de carga tradicional refrigerado por aire requiere la limpieza o sustitución periódica del filtro y la eliminación regular del polvo del ventilador, según el caso. Necesita un mantenimiento programado de 6 a 12 veces al año. Por consiguiente, el coste de mano de obra es relativamente alto. El sistema de carga refrigerado por líquido solo necesita comprobar periódicamente el nivel del refrigerante y limpiar el polvo del radiador, lo que simplifica el funcionamiento y el mantenimiento.
El costo del ciclo de vida de los sistemas de refrigeración líquida es menor que el de los sistemas de refrigeración por aire a largo plazo. Normalmente, la vida útil de un sistema convencional de refrigeración por aire es de 3 a 5 años, mientras que la de un sistema de refrigeración líquida puede superar los 10 años, entre 2 y 3 veces más que la de un sistema de refrigeración por aire. Los sistemas de carga refrigerados por aire requieren un mantenimiento profesional programado un promedio de 6 veces al año, mientras que los sistemas de refrigeración líquida solo requieren inspecciones rutinarias. Además, los sistemas convencionales son más propensos a sufrir averías que los sistemas de carga refrigerados por líquido.
Fecha de publicación: 15 de noviembre de 2023
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